La voluntad de Dios es la sanidad,
por eso ahora le ordenamos a toda
enfermedad y dolencia que se
aleje de nuestra vida, nuestro cuerpo y
nuestra casa en el nombre de Jesus.
Recibimos la salud que Cristo nos
entrego en la cruz, por sus llagas
fuimos nosotros curados en cuerpo y alma.
Amen.
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