Como Jabin, el rey de Hasor, estaba en paz con la familia de Heber el quenita, Sisara lleg贸 a pie, en su huida, hasta la tienda de Jael, la esposa de Heber, la cual sali贸 a recibirlo y le dijo:
- Por aqu铆, mi se帽or , por aqu铆; no tenga usted miedo.
Sisara entr贸, y Jael lo escondi贸 tap谩ndolo con una manta ; entonces Sisara le pidi贸 agua , pues ten铆a mucha sed . Jael destap贸 el cuero donde guardaba la leche 馃 y le dio de beber; despu茅s volvi贸 a taparlo.
Sisara le dijo :
- Qu茅date a la entrada de la tienda, y si alguien viene y te pregunta si hay alguien aqu铆 dentro , dile que no.
Pero Sisara estaba tan cansado que se qued贸 profundamente dormido. Entonces Jael tom贸 un martillo y una estaca de las que usaban para sujetar la tienda de campa帽a, y acerc谩ndose sin hacer ruido hasta donde estaba Sisara, le clav贸 la estaca en la sien contra la tierra . As铆 muri贸 Sisara . Y cuando Barac lleg贸 en busca de Sisara, Jael sali贸 a recibirlo y le dijo :
- Ven, que te voy a mostrar al que andas buscando.
Barac entr贸 en la tienda y encontr贸 a Sisara tendido en el suelo, ya muerto y con la estaca clavada en la cabeza.
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