En un lugar de los montes de Efraín , llamado Rama, vivía un hombre de la familia de Suf, cuyo nombre era Elcana. Elcana tenía dos esposas. Una se llamaba Ana , y la otra Penina.
Penina tenía hijos, pero Ana no los tenía . Todos los años salía Elcana de su pueblo para rendir culto y ofrecer sacrificios en Silo al Señor todopoderoso. Allí había dos hijos del sacerdote Eli, llamados Hofni y Finees, que también eran sacerdotes del Señor.
Cuando Elcana ofrecía el sacrificio, daba su ración correspondiente a Penina y a todos los hijos e hijas de ella, pero a Ana le daba una ración especial , porque la amaba mucho, a pesar de que el Señor le había impedido tener hijos.
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