“Porque lo que sale de la boca, sale del corazón ;...porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios , los adulterios , las fornicaciones , los hurtos , los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre...” Mateo 15:18-20
O admitimos que Jesucristo es la autoridad suprema en lo que se refiere al corazón humano, o no vale la pena prestarle atención. ¿ Estoy preparado para confiar en el conocimiento profundo que Su Palabra tiene de mi corazón , o prefiero confiar en mi propia “ ignorancia inocente”?
Si me examino a mi mismo con honestidad , si soy consciente de mi pretendida inocencia y la pongo a prueba, es probable que tenga un shock al comprobar que lo que Jesucristo ha dicho es cierto, Si me pongo en Sus manos, nunca tendré que experimentar la maldad en mi corazón . La pureza es algo demasiado profundo para que pueda alcanzarla de manera natural. Pero cuando el Espíritu Santo viene a mi, introduce en el centro de mi vida aquel mismo Espíritu que se exhibió en la vida de Jesucristo: el Espíritu Santo, que es de una pureza absoluta y sin mancha.
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