“ Ni mi palabra ni mi predicación fueron con palabras persuasivas de humana sabiduría...”
1 Corintios 2:4
Pablo era un orador y erudito del mayor calibre y lo sabía . Por lo tanto , sus palabras en este caso no están motivadas por un sentimiento de inferioridad ni de humildad , sino más bien por el convencimiento de que, cuando predicaba el evangelio , el uso y abuso de su oratoria velaría el poder de Dios. La creencia en Jesús es un milagro producido solo por la eficacia de la redención , no por un discurso impresionante , ni por seducción o persuasión , sino solo por el poder de Dios al desnudó sin ninguna ayuda. El poder creativo de la redención viene a través de la predicación del evangelio , pero nunca por causa de la personalidad del predicador.
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