domingo, 19 de julio de 2020

La sumisión del creyente

“ Vosotros me llamáis Maestro y Señor ; y decís bien, porque lo soy.” Juan 13:13
Si el Señor insistiese en nuestra obediencia por decreto , se convertiría en un simple capataz y dejaría de tener autoridad . El nunca insiste en la obediencia, pero cuando le vemos de verdad, le obedecemos en el acto : se convierte en el Señor de nuestra vida , y vivimos en espíritu de adoración de la mañana a la noche. El nivel de mi crecimiento en la gracia es proporcional a mi valoración de la obediencia. Deberíamos tener un concepto más elevado del término obediencia, rescatándolo del cenagal del mundo. La obediencia solo es posible entre personas que comparten su relación , como la del padre y su hijo ; no entre amo y siervo . Jesús mostró así esta relación : “ Yo y el Padre somos una sola cosa “ ( Juan 10:30)....aunque era Hijo , aprendió la obediencia por lo que padeció “ ( Hebreos 5:8 ). El Hijo fue obediente como nuestro Redentor porque era el Hijo, no para llegar a ser Hijo de Dios.

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