Si vamos a ser discípulos de Jesús , debemos serlo de manera sobrenatural.
Y en tanto que mantengamos de forma consciente nuestro propósito determinado de convertirnos en Sus discípulos, podemos estar seguros de que no somos discípulos.
Jesús dice : “ No me elegisteis vosotros a mi, sino que yo os elegí a vosotros...” (Juan 15:16).
Así comienza la gracia de Dios.
Es una condición ineludible; podemos desobedecerla, pero nunca podemos iniciarla ni producirla nosotros. Somos atraídos a Dios por una obra de Su gracia sobrenatural, y nunca podemos retrotraernos para encontrar donde comenzó la obra.
La obra del Señor de hacer un discípulo es sobrenatural.
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