“Estando yo en el camino , guiome Jehova ...” Génesis 24:27 (V.M).
Deberíamos ser uno con Dios hasta el punto de no tener que estar implorando de continuo Su guía. La santificación nos hace hijos de Dios. La vida de un hijo es normalmente de obediencia, hasta que decide desobedecer . Pero tan pronto como elige la desobediencia, se produce en el un conflicto interior. A nivel espíritu, un conflicto interior es la advertencia del Espíritu de Dios . Cuando Dios nos advierte , hemos de detenernos y ser renovados en el espíritu de nuestra mente para discernir Su voluntad (véase Romanos 12:2). Sí hemos renacido por el Espíritu, nuestra devoción a Dios se ve obstaculizada, o incluso detenida m al pedirle una y otra vez que nos conduzca aquí o allá . “ ...guiome Jehova ...” ; y al mirar atrás vemos la estela de un designio asombroso . Si hemos renacido de Dios, veremos Su mano conductora y le daremos a Él el mérito.
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