“El me glorificará ...” Juan 16:14
Los movimientos de santidad de hoy en día no tienen en sí nada de la realidad tangible del Nuevo Testamento. Nada hay en ellos que precise de la muerte de Jesucristo. Todo lo que en ellos se requiere es una atmósfera piadosa, oración y devoción. Esta clase de experiencia no es ni sobrenatural ni milagrosa . No costo los sufrimientos de Dios ni está teñida de “ la sangre 🩸 del Cordero “ ( Apocalipsis 12:11). No está marcada ni sellada por el Espíritu Santo como algo genuino, ni tiene signos visuales que lleven a la gente a exclamar con admiración: “ ¡Es la obra de Dios Todopoderoso!” El Nuevo Testamento trata de la obra de Dios y nada más.
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