Estando en Mileto, Pablo mandó llamar a los ancianos de la iglesia de Efeso . Cuando llegaron les dijo : “Todo el tiempo he estado entre ustedes sirviendo al Señor con toda humildad, con muchas lágrimas y en medio de muchas pruebas que me vinieron por lo que me querían hacer los judios . Pero no deje de anunciarles a ustedes nada de lo que era para su bien , enseñándoles públicamente y en sus casas. A judios y a no judios les he dicho que se vuelvan a Dios y crean en nuestro Señor Jesús . Y ahora voy a Jerusalen, obligado por el Espíritu, sin saber lo que allí me espera . Lo único que sé es que , en todas las ciudades a donde voy , el Espíritu Santo me dice que me esperan la cárcel y muchos sufrimientos. Para mi, sin embargo , mi propia vida no cuenta, con tal de que yo pueda correr con gozo hasta el fin de la carrera y cumplir el encargo que el Señor Jesús me dio de anunciar la buena noticia del amor de Dios.”
Después de decir esto , Pablo se puso de rodillas y oro con todos ellos. Todos lloraron , y abrazaron y besaron a Pablo. Y estaban muy tristes, porque les había dicho que no volverían a verlo. Luego lo acompañaron hasta el barco 🚢.
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