“Le respondió Jesús : De cierto , de cierto té digo que el que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios.” Juan 3:3.
Nacer de nuevo por el Espíritu es una obra inconfundible de Dios , tan misteriosa como el viento , tan sorprendente como El mismo . No sabemos en dónde se origina y está escondida en lo recóndito de nuestra alma. Nacer de nuevo, de lo alto , es un permanente y eterno comenzar . Nos brinda una vitalidad constante en lo que pensamos hablamos y vivimos la sorpresa continua de la vida de Dios. ¿Nos sentimos llenos de vida en este mismo momento o nos hallamos marchitos buscando desesperadamente en nuestra mente la solución para este problema? La vitalidad no es el resultado de la obediencia, sino que proviene del Espíritu Santo. La obediencia nos mantiene en luz como El está en la luz. ( 1 Juan 1:7).
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