martes, 2 de febrero de 2021

La fuerza compelidora del llamamiento


“¡Ay de mi si no anuncio el evangelio !.” 1 Corintios 9:16.
Las palabras de Pablo implican el ser siervos de Jesucristo, y en ello no se pide nuestra opinión ni consentimiento sobre qué haremos o a dónde iremos. Dios nos hace como pan quebrantado y como vino derramado pata complacerse a Sí mismo. Ser “ ...apartado para el evangelio “ significa oír el llamamiento de Dios (Ro.1:1). Cuando alguien oye este llamamiento, se produce en él un sufrimiento digno del nombre de Cristo . De repente , todas sus ambiciones, todos los deseos de vida y todas las perspectivas propias quedan borradas y extinguidas . Solo queda una cosa : “...apartado para el evangelio ...” ¡Ay del alma que intenta dirigirse a otra dirección cuando ya le ha llegado el llamamiento!

 

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