“La mujer le dijo : Señor , no tienes con que sacarla, y el pozo es hondo.” Juan 4:11.
Si somos honrados , reconoceremos que jamás recelamos ni dudamos de nosotros, pues sabemos exactamente lo que podemos y no podemos hacer. Pero si tenemos recelos acerca de Jesús. Y la idea de que El pueda hacer aquello que nosotros no podemos nos hiere en lo más hondo de nuestro orgullo.
Mis vacilaciones surgen del hecho de que me coloco yo mismo como patrón para descubrir cómo hará El lo que ha prometido . Mis dudas surgen de lo profundo de mi inferioridad. Si detecto estos recelos , debería sacarlos a la luz y confesarlos así : “ Señor , he dudado de ti. . No he confiado en tu capacidad, sólo en la mía . Y no he creído en tu omnipotencia más allá de mi limitada comprensión de la misma.”
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