Había un hombre llamado Nabot , que vivía al lado del palacio de Ajab . Nabot era dueño de un viñedo, donde cultivaba uvas 🍇 para probar y hacer vino 🍷. Un día, Ajab le propuso esto a Nabot : “Que tal si me das esta tierra donde has plantado tu viñedo? A cambio, te daré otro pedazo si quieres , pagaré por lo que vale. Quiero plantar vegetales en esta tierra. Es ideal para mi, porque está al lado de mi casa 🏡 “. “No puedo vender esta propiedad, mis padres me la dieron en herencia “, le respondió Nabot . Ajab se fue a su casa, disgustado e indignado por la respuesta de Nabot . Se acostó en la cama 🛏️ sin siquiera comer 🍽️. Pronto 🔜 su esposa , Jezabel , se enteró que el rey 👑 no estaba bien y, preocupada , le preguntó : “¿Qué te pasa ? ¿Por qué estás tan deprimido que te niegas a comer 🍽️?”. Ajab le contó lo que había sucedido, y ella inmediatamente le dio la solución: “¿No eres tú el rey 👑 de Israel 🇮🇱, que lo rige todo ? No te preocupes , regocijate y come . Conseguiré las tierras de Nabot “. Es peligroso querer para uno mismo lo que es de los demás. ¡El egoísmo es muy malo !
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