“ ...orando en todo tiempo con toda deprecación y suplica en el Espiritu... “ Efesios 6:18.
La verdadera intercesión no da cabida a la autocompasion ni te deja tiempo para orar por tu propio “ misero y triste Yo “. No te hace falta batallar para extirpar de tu mente los sentimientos del Yo personal , simplemente no existen . Tu identificación con los intereses de Dios para con las vidas de otros es total , y los emocionalismos desaparecen. Dios nos da el conocimiento y discernimiento precisos con respecto a las vidas de otros para que intercedamos por ellos, no para que podamos criticarlos .
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