“...el Hijo de Dios , el cual me amo y se entregó a sí mismo por mi.” Galatas 2:20
Hemos de centrarnos en y asentar nuestra fe firmemente sobre Jesucristo, no en un Jesucristo “de reunión de oración “, ni en un Jesucristo “ de libro “ , sino en el Jesucristo del Nuevo Testamento, que es Dios Encarnado , y que en justicia debería fulminarnos a Sus pies . Nuestra fe debe estar en Aquel de quien brota nuestra salvación. Jesucristo demanda de nosotros devoción absoluta y sin límites. No podemos experimentar a Jesucristo l ni atarlo egoístamente en los confines de nuestros propios corazones. Nuestra fe ha de estar edificada sobre una confianza total y decidida en El.
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