“Por mi mismo he jurado , dice Jehova , que por cuanto has hecho esto...de cierto te bendeciré ...” Genesis 22:16-17
Las promesas de Dios carecen de valor para nosotros hasta que por medio de la Obediencia llegamos a comprender Su naturaleza . Puede que leamos , día a día , toda la Biblia en un año sin que lo que leamos nos diga nada. Luego, de repente , por haber obedecido a Dios en algún pequeño detalle, vemos lo que El quiere decirnos y Su naturaleza se abre ante nosotros instantáneamente. “Todas las promesas de Dios son en el Sí, y en el Amén ...” (2 Co. 1:20). Nuestro “Si” ha de nacer de la obediencia; cuando por la obediencia ratificamos una promesa de Dios diciendo “Amén “, o “Así sea “ esta promesa se hace nuestra.
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