Después de algún tiempo ⏱️, el pueblo de Amon vino a luchar contra Israel 🇮🇱 por la tierra 🌎. Había un hombre, Jefté, que había sido apartado de su familia durante mucho tiempo ⏱️ por ser un hijo ilegítimo, así que de había ido a vivir a un lugar lejano. Pero cuando la guerra estaba a punto de comenzar entre Israel 🇮🇱 y Amon, los hermanos de Jefté, que ya eran mayores, fueron a buscarlo , porque era un valiente guerrero. “¡Me echaron de la casa 🏡 de mi padre! Ahora que están en problemas me buscan, ¿no es así?” , les dijo Jefté, indignado. “Si dirijo el ejército y derroto a los amonitas, ¿me ha harán jefe sobre todos los habitantes de Galaad?” , preguntó. Los hermanos le dijeron a Jefté que Dios era testigo de aquello y que, si la victoria ✌️ sobre los amonitas se llevaba a cabo, ellos cumplirían la promesa. Jefté estaba decidido a vencer a sus enemigos. Prometió a Dios que, si salía victorioso , sacrificaría la primera criatura que viera salir de su casa 🏡 y venir a su encuentro después de la guerra. Dios le dio la victoria ✌️ a Jefté: ,los amonitas fueron completamente derrotados. Pero cuando Jefté regresaba a casa 🏡, su única hija salió a recibirlo. Cuando la vio, recordó lo que había prometido a Dios y sintió una profunda tristeza 😢. Con gran dolor 😫, Jefté le contó a su hija lo que me había prometido a Dios y sintió una profunda tristeza 😢. Con gran dolor , Jefté le contó a su hija lo que me había prometido a Dios. Tuvo que cumplir su palabra, y así perdió lo más preciado para él: su hija . Jefté debía saber que las promesas hechas a Dios deben ser cuidadosas y bien pensadas , pues todas ellas deben ser cumplidas con alegría 🤩 y bondad ! ¡Prometer algo que trae tristeza 😢 no es un signo de amor 🥰!
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