Al ver que estaba curado, Naamán apenas podía creerlo. ¡Sintió mucha felicidad! Su primer impulso fue regresar ante Elíseo y darle las gracias, así que volvieron en sus pasos y reconocieron ante Elíseo la gloria de Dios. Naamán quería recompensar al profeta de alguna manera , darle algún regalo 🎁. Eliseo no aceptó nada, aunque Naamán insistió mucho. Entonces , en gratitud, el comandante sirio prometió que nunca más adoraría a dioses falsos y que Dios sería el que recibiría sus sacrificios. Viendo la sinceridad de sus palabras, Eliseo le dijo que volviera en paz a su tierra. Tenía razones para no aceptar regalos 🎁: sabía que Dios había realizado el milagro de curar a ese hombre de la lepra. No había sido el, sino el Señor de Israel, quien había sanado a Naamán. Guehazi , el sirviente de Eliseo , vio cuando Naamán se iba y pensó :”Eliseo no quiso aceptar ningún regalo de este sitio , pero yo no tengo por qué hacer lo mismo. Correré tras el , y seguramente me dará algo”. ¡La avaricia y el egoísmo son enemigos que solo traen confusión a la gente!

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