Roberto fue al médico porque se sentía mal. El médico le diagnosticó el problema y le hizo una receta, con el siguiente comentario :”Esto lo aliviará por un tiempo , pero no lo va a curar “. En la epístola a los Hebreos vemos que el sistema de sacrificios prescrito en la ley de Moisés no resolvía de manera permanente el problema del pecado. Sin embargo, es de agradecer que si haya una cura : el sacrificio de Jesús , que es válido para siempre.
Hoy veremos la superioridad del sacrificio de Cristo sobre el sistema de sacrificios del pacto antiguo. Cristo derramó su sangre 🩸 en ese sacrificio que nos da el perdón de nuestros pecados y el poder que necesitamos para vivir con rectitud.
Ahora bien, aún el primer pacto tenía ordenanzas de culto y un santuario terrenal.
Y así dispuestas estas cosas , en la primera parte del tabernáculo entran los sacerdotes continuamente para cumplir los oficios del culto;
Pero en la segunda parte, solo el sumo sacerdote una vez al año , no sin sangre , la cual ofrece por sí mismo y por los pecados de ignorancia del pueblo ;
Dando el Espíritu Santo a entender con esto que aún no se había manifestado el camino al Lugar Santísimo , entre tanto que la primera parte del tabernáculo estuviese en pie.
Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos , es decir , no de esta creación ,
Y no por sangre de machos cabríos ni de becerros , sino por su propia sangre 🩸, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos , y las cenizas de la Becerra rociadas a los inmundos , santifican para la purificación de la carne,
¿Cuánto más la sangre de Cristo , el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios , limpiara vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo ?
Porque la ley , teniendo la sombra de los bienes venideros , no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.
Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados ;
Pero Cristo , habiendo ofrecido una vez para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios,
De ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies ; porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados.

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