jueves, 30 de noviembre de 2017

El Cielo Nuevo y la Tierra Nueva

VI un cielo y una tierra nuevss;
porque el primer cielo y la primera tierra pasaron,
y el mar ya no existia mas.
Y yo Juan vi la santa ciudad, 
la nueva Jerusalen, descender del cielo, de Dios,
dispuesta como una esposa ataviada para su marido.
Y oi una gran voz del cielo que decia:
He aqui el tabernaculo de Dios con los hombres,
y el morara con ellos;
y ellos seran su pueblo, 
y Dios mismo estara con ellos como su Dios.
Enjugara Dios toda lagrima de los ojos de ellos;
y ya no habra muerte, ni habra mas llanto,
ni clamor, ni dolor;
porque las primeras cosas pasaron.
Y el que estaba sentado en el trono dijo:
He aqui, yo hago nuevas todas las cosas.
Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.
Y me dijo : Hecho esta. Yo soy el Alfa y la Omega ,
el principio y el fin .
Al que tuviere sed, yo le dare gratuitamente de 
la fuente del agua de la vida.
El que venciere heredara todas las cosas , y yo sere su Dios ,
y el sera mi hijo.
Pero los cobardes e incredulos,
los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros,
los idolatras y todos los mentirosos tendran su parte en el
lago que arde con fuego y azufre, 
que es la muerte segunda.
Vino entonces a mi uno de los siete angeles que tenian
las  siete copas llenas de las siete plagas postreras,
y hablo conmigo, diciendo: Ven aca, yo te mostrare
la desposada, la esposa del Cordero.
Y me llevo en el Espiritu a un monte grande y alto,
y me mostro la gran ciudad santa de jerusalen,
que descendia del cielo, de Dios.
teniendo la gloria de Dios.
Y su fulgor era semejante al de una piedra preciosisima,
como piedra de jaspe,
diafana como el cristal.
Tenia un muro grande y alto con doce puertas;
y en las puertas , doce angeles, y nombres inscritos,
que son los de las doce tribus de los hijos de Israel;
al oriente tres puertas;
al norte tres puertas;
al sur tres puertas;
al occidente tres puertas.
Y el muro de la ciudad tenia doce cimientos,
y sobre ellos los doce nombres
de los doce apostoles del Cordero.
El que hablaba conmigo tenia una caña de medir,
de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro.
La ciudad se halla establecida en cuadro,
y su longitud es igual a su anchura;
y el midio la ciudad con la caña,
doce mil estadios;
la longitud , la altura y la anchura de ella son iguales.
Y midio su muro, ciento cuarenta y cuatro codos,
de medida de hombre, la cual es de angel.
El material de su muro era de jaspe;
pero la ciudad era de oro puro,
semejante al vidrio limpio;
y los cimientos del muro de la ciudad 
estaban adornados con toda piedra preciosa.
El primer cimiento era jaspe;
el segundo, zafiro; el tercero, agata;
el cuarto, esmeralda;
el quinto, onice; el sexto, cornalina;
el septimo, crisolito;
el octavo, berilo; el noveno, topacio;
el decimo, crisopraso;
el undecimoo, jacinto; el duodecimo, amatista.
Las doce puertas eran doce perlas;
cada una de las puertas era una perla.
Y la calle de la ciudad era de oro puro,
transparente como vidrio.
Y no vi en ella templo;
porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella,
y el Cordero.
La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillan en ella;
porque la gloria de Dios la ilumina, 
y el  Cordero es su lumbrera.
Y las naciones que hubieren sido salvas andaran a la luz de ella;
y los reyes de la tierra traeran su gloria y honor a ella.
Sus puertas nunca seran cerradas de dia,
pues alli no habra noche.
Y llevaran la gloria y la honra de las naciones a ella.
No entrara en ella ninguna cosa inmunda, o que 
hace abominacion y mentira,
sino solamente los que estan inscritos en el libro
de la vida del Cordero.
DESPUES me mostro un rio limpoo de agua de vida,
resplandeciente como cristal,
que salia del trono de Dios y del Cordero.
En medio de la calle de la ciudad, 
y a uno y otro lado del rio, 
estaba el arbol de la vida, 
que produce doce frutos, 
dando cada mes su fruto;
y las hojas del arbol eran para la sanidad 
de las naciones.
Y no habra mas maldicion;
y el trono de Dios  y del Cordero estara en ella,
y sus siervos le serviran,
y veran su rostro, y su nombre estara en sus frentes.
No habra alli mas noche;
y no tienen necesidad de luz de lampara,
ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminara;
y reinaran por los siglos de los siglos.
Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas.
Y el Señor , el Dios de los espiritus de los profetas,
ha enviado su angel, para mostrar a sus siervos las cosas
que deben suceder pronto.
He aqui, vengo pronto! 
Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecia de este libro.
Yo Juan soy el que oyo y vio estas cosas.
Y despues que las hube oido y visto,
me postre para adorar a los pies del angel
que me mostraba estas cosas.
Pero el me dijo: Mira, no lo hagas;
porque yo soy consiervo tuyo,
de tus hermanos los profetas , y de los que guardan 
las palabras de este libro.
Adora a Dios.
Y me dijo:
No selles las palabras de la profecia de este libro,
porque el tiempo esta cerca.
El que es injusto, sea injusto todavia;
y el que es inmundo, sea inmundo todavia;
y el que es justo, practique la justicia todavia;
y el que es santo, santifiquese todavia.
He aqui yo vengo pronto, y mi galardon conmigo,
para recompensar a cada uno segun sea su obra.
Yo soy el Alfa y la Omega,
el principio y el fin,
el primero y el ultimo.
Bienaventurados los que lavan sus ropas,
para tener derecho al arbol de la vida,
y para entrar por las puertas en la ciudad.
Mass los perros estaran fuera,
y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas,
los idolatras, y todo  aquel que ama y hace mentira.
Yo Jesus he enviado mi angel para daros testimonio
de estas cosas en las iglesias.
Yo soy la raiz y el linaje de David,
la estrella resplandeciente de la mañana.
Y el Espiritu y la Esposa dicen:
Ven. Y el que oye, diga: Ven.
Y el que tiene sed, venga; y el que quiera,
tome del agua de la vida gratuitamente.
Yo testifico a todo aquel que oye las
palabras de la profecia de este libro:
Si alguno añadiere a estas cosas, 
Dios traera sobre el las plagas que estan escritas en este libro.
Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecia,
Dios quitara su parte del libro de la vida,
y de la santa ciudad y de las cosas que estan escritas en este libro.
El que da testimonio de estas cosas dice:
Ciertamente vengo en breve. Amen;
si, ven Señor Jesus.
La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con todos vosotros.
Amen.

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