Y saliendo, se fue, como solia al monte de los Olivos;
y sus discipulos tambien le siguieron.
Cuando llego a aquel lugar, les dijo:
Orad que no entreis en tentacion.
Y el se aparto de ellos a distancia como de un
tiro de piedra; y puesto de rodillas oro.
diciendo: Padre, si quieres, pasa de mi esta copa;
pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Y se le aparecio un angel del cielo para fortalecerle.
Y estando en agonia, oraba mas intensamente;
y era su sudor como grandes gotas de sangre que caian
hasta la tierra.
Cuando se levanto de la oracion,
y vino a sus discipulos, los hallo durmiendo a causa
de la tristeza;
Y les dijo: Por que dormis?
Levantaos, y orad para que no entreis en tentacion.
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