“ Simón Pedro , cuando oyó que era el Señor , se ciñó la ropa ..., y se echó al mar .” Juan 21:7
¿ Has consagrado de manera deliberada tu voluntad a Jesucristo? Hacerlo es una transacción de la voluntad, no de la emoción; cualquier emoción positiva resultante es tan solo una bendición superficial que surge como consecuencia de la misma. Si enfocas tu atención sobre la emoción , nunca completarás la transacción. No preguntes a Dios cuál será la naturaleza de la transacción, más bien toma la decisión de rendir tu voluntad a la luz 💡 de lo que veas , tanto si es en las aguas someras de superficie, como en lo más profundos abismos de tu interior. Si has escuchado la voz de Jesucristo sobre las olas del mar 🌊, olvídate de tus convicciones y de tus razonamientos y concéntrate en mantener una relación íntima con El.
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