“ Pero Jesús mismo no se confiaba a ellos... pues él sabía lo que había en el hombre.” Juan 2:24-25
Pon tu confianza primeramente en Dios. El Señor no depositó Su confianza en ningún hombre. Y no abrigo sospechas , ni sintió amargura , ni perdió la esperanza en nadie , porque ante todo ponía su confianza en Dios. Confío de manera absoluta en lo que la gracia de Dios podía hacer por otros. Si pongo mi confianza en los hombres en el primer lugar, el resultado final será recelo y desconfianza en todos . Me amargaré , por haberme empeñado en creer que las personas son lo que nadie puede ser jamás, absolutamente perfectas y correctas .
Nunca confíes en nada , excepto en la gracia de Dios.
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