“ También ... añadid a vuestra fe “ 2 Pedro 1:5
Nos cuesta efectuar esta adición a que se refiere Pedro . Afirmamos no esperar que Dios nos lleve al cielo sobre lechos de flores , pero actuamos como si en realidad lo esperásemos . Hemos de darnos cuenta de que nuestra obediencia , aún en los detalles más insignificantes de la vida, tienen detrás de si todo el poder omnipotente de la gracia de Dios. Si cumplo con mi deber , no porque es mi deber sino porque creo que Dios está dirigiendo mis circunstancias, entonces, en el clímax mismo de mi obediencia, toda la magnificencia de la gracia de Dios se hace mía por medio de la gloriosa expiación de la Cruz de Cristo.
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